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miércoles, 5 de agosto de 2020

RESEÑA: CANCIÓN DE CUNA PARA VIOLÍN SIN CUERDAS

Reseña: Canción de cuna para violín sin cuerdas




Nick Jurado, joven empresario estadounidense de éxito, ha decidido emprender un nuevo desafío: convertirse en el próximo Gobernador del estado de Nueva York. Su despreocupado hedonismo le hace afrontar este reto desde una pasividad tan solo animada por sus colaboradores que no sólo luchan contra el nihilismo de Nick sino contra la candidatura de un político veterano. No obstante, un suceso ocurrido en su adolescencia marcará los dos meses anteriores a las elecciones, amenazando con provocar un seísmo de consecuencias impredecibles.
Canción de cuna para violín sin cuerdas transcurre durante estos dos últimos meses de campaña, entre actos electorales y viajes a Berlín, Lisboa y Milán. Los recuerdos atormentados de su infancia en Miami y su atribulada y epicúrea vida sentimental no dejan de minar una carrera hacia la gloria política de alguien que sólo, únicamente, cree en la nada. 


Autor: R.A. Raga
Editorial: Libros de autor 
Año de edición: 2020
Páginas:195


Opinión


Hace unas semanas una editorial se puso en contacto conmigo para facilitarme una de sus últimas publicaciones. Cuando vi quien era el autor he de reconocer no le conocía. Empecé a leer la novela de R.A. Raga con ojos ingenuos y lo que encontré me sorprendió.

Canción de cuna para violín sin cuerdas parece escrita por cualquier gran autor de renombre, por alguien con una amplia trayectoria literaria. 

Y es que me confundí enormemente. Raga tiene a sus espaldas un extenso recorrido como escritor y director de cortometrajes. Tal vez os suenen sus otras novelas: Cuando los pájaros entran en coma y Sunday Dandy.

Viendo su trayectoria profesional comprendí mejor la calidad del libro que sostenía entre mis manos, y no entendí como no había oído hablar de él antes. 

La maestría con la que domina el lenguaje, todas las referencias, los diferentes estilos literarios que mezcla... da lugar a un libro único. Y tal vez único sea la palabra que mejor describa dicha obra.

He leído pocos libros como este, y más de autores contemporáneos españoles. En un tiempo que lo inmediato y efímero priman, esta es una obra que hay que saborear, deleitándose en cada página. 

Aunque parezca una mezcla extraña, a mi parecer, la novela desprendía aromas que me evocaban a Camus y Julia Navarro.

Como habéis podido leer en la sinopsis, este libro trata de Nick Jurado, un joven atormentado que aspira convertirse en el próximo gobernador del estado de Nueva York. A mi personalmente la política no es un tema literario que me apasione ni me guste leer, tal vez por eso empecé el libro un poco reticente. Sin embargo aunque es el hilo que encamina toda la historia, es el tormentoso día a día de Nick el que protagoniza las páginas.

Amores imposibles, errores imperdonables del pasado, viejas heridas .... son algunos de los temas con los que Raga adereza su obra.

La agilidad y destreza con la que escribe hace que sea muy fácil engancharse a la historia y empatizar con sus personajes. Es como mirar a través de una mirilla a Nick e ir conociéndole poco a poco.

Cuando terminas el libro te quedas con ganas de más, quieres seguir acompañando al protagonista, sabiendo más de él, descubriendo más sobre su vida. Y creo que esto es clave en un buen libro, que cuando termine te quedes con un buen sabor de boca y con ganas de leer más.

Por ponerle un pero, un detalle que a mi personalmente me gusta y he echado en falta es la traducción de los párrafos en inglés. En este libro vais a encontrar numerosas palabras en otros idiomas, la mayoría por contexto se saca su significado, sin embargo en cuanto a los párrafos o frases más extensas creo que hubiera sido un acierto traducirlas para que pudiesen ser comprendidas por todo el público. Esto es una manía mía, no sé vosotros que preferís.

Os animo a echarle un ojo y si os llama la atención  aquí os dejo link donde poder adquirir el libro. 



VALORACIÓN: 4/ 5


¿Vosotros que opináis? ¿Os gustan los relatos de este estilo? Nos leemos en comentarios



lunes, 27 de julio de 2020

EL DÍA EN EL QUE ME ENAMORÉ DE TI

Reseña: El día en el que me enamoré de ti




"¿Quién es realmente Dani Pérez? ¿Aparenta lo que es? ¿Y Valentina podrá con todo lo que se le viene encima? Una época de su vida en la que Valentina no pensaba que tendría tantos problemas o dolores de cabeza, al menos has­ta ese momento no había tenido tantos… Y de un día para otro, todo cambió. Nuevos sentimientos, cambios radicales, enfrentamientos, alegrías, risas, sollozos, incertidumbres, surrealismos, verosimilitudes… Cosas que a los dieciséis años nunca te imaginarías que pasarías ni que soportarías tanto peso posado en tus hombros como si nada, y que tu­vieras que aguantarlo y superarlo todo tú sola. Porque es una persona muy suya, que quiere siempre ayudar y solven­tar los problemas de los demás, aunque no sean los suyos, sin ayuda de nadie, aunque sepa que el riesgo y el peligro acecha a su costa, a cada minuto, a cada segundo…"







Autor: Yolanda Vicent Monllor
Editorial: Círculo rojo 
Año de edición: 2019
Páginas:237


Opinión


Para mi siempre es un placer poder hablar de libros de autores noveles o no tan conocidos.
Comenzar en el complicado mundo de la publicación nunca es fácil, y es por eso que me encanta poder aportar mi granito de arena ayudando a estos autores a dar a conocer sus obras.
Hoy os traigo un libro que me llegó hace unas semanas: El día en el que me enamoré de ti.

Como habéis podido leer en la sinopsis este libro nos presenta la historia de dos jóvenes Valentina y Dani. Puede que al principio nos parezca que ambos no tienen nada en común, que son como el día y la noche, pero a medida que avanza el libro y vamos conociendo más de ellos vemos que tienen más en común de lo que a simple vista parecía.

Valentina es una chica valiente, generosa, amable....
Dani en cambio es un chico que quiere aparentar por encima de todo dureza y pasotismo, pero que tras esa coraza se encuentra un chico vulnerable, sensible, bueno e inteligente.

A simple vista puede parecer una novela típica de chica conoce a chico, dramas de por medio y un final feliz. Pero no. Esta novela es mucho más. 

Yolanda, la autora de este maravilloso relato, va mucho más allá y se atreve a tocar temas tan duros como el maltrato infantil, la violencia de género, los estereotipos sociales..... y todo ello expresado con una delicada prosa.
Porque si algo resalta en esta obra es la maestría con la que está escrita. A pesar de su corta edad, Yolanda Vicent muestra un espectacular manejo de la pluma. Un estilo ágil, coherente, sencillo y personal.

Lo que más me ha llamado la atención es la psicología de los personajes, he leído libros famosísimos que no lograban llegar ni a la mitad del realismo con el que estos personajes cobran vida. 

Esto es algo fundamental en una buena historia, que las decisiones de los personajes sean coherentes, muestren una evolución y nos ayude a empatizar con ellos, solo así podremos meternos de lleno en la novela. 

Su estilo me recuerda mucho al de Federico Moccia. ¿Tal vez nos encontramos ante la próxima Moccia española?

Os dejo aquí un link donde podéis adquirir esta novela.




VALORACIÓN: 5/ 5




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sábado, 25 de abril de 2020

Road Trip Rumanía: Bran y Brasov

Tercera parada: Bran y Brasov


¡Hola! En el post de hoy os voy a contar cómo fue nuestra experiencia en la tercera parada de nuestro road trip por Rumanía. 

En el anterior post, que podéis leer clicando aquí , os conté nuestra experiencia en Sinaia. Dicho esto ¡Continuamos con el viaje!

  • Bran

Tras despertar bastante prontito en Sinaia fuimos a desayunar a una pequeña terraza que vimos abierta. Al igual que en Bucarest, no es fácil encontrar sitios para desayunar fuera de casa. 

Un café, una limonada y un bollo pequeñito fueron 23 lei, es decir cinco euros y pico, dependiendo del cambio. 

Ya con las maletas nos acercamos a la recepción del Hotel Casteful Stirbey, otra vez tuvimos un imprevisto. Después de esperar a que la señora de la limpieza llamara al chico de la cafetería para que nos atendiera resultó que no funcionaba el datáfono por lo que tuvimos que sacar dinero de un banco de Rumanía llamado Raiffeisen Bank, ya que a esa hora no había ninguna casa de cambio abierta. El precio de una noche fueron 73 euros o lo que es lo mismo 347,15 RON. Aunque pareciera una tontería el tener que ir a buscar un banco, sacar tanto dinero con un cambio mucho peor (1 euro = 4,23 Ron en vez de 4,7) nos fastidió un poco, además de que en ningún momento fueron amables con nosotros.

Una vez solucionado esto nos volvimos a poner en marcha camino del famosísimo castillo de Drácula en Bran.


Después de la maravillosa visita a Sinaia ya estábamos completamente enamorados de Rumanía. 

Cuando planeamos el viaje dudamos de si visitar o no el castillo de Bran. Había leído varias criticas sobre esta lugar. Algunas personas decían que era una visita obligatoria y otras que estaba tan abarrotado de turistas que no merecía la pena.


Nosotros decidimos parar de camino a Brasov. He de decir que ambas partes tenían cierta razón. 


Rodeado de montañas y un impresionante verde se alza el castillo de Drácula o castillo de Bran. Dicen que sirvió de inspiración para Bram Stoker, aunque se rumorea que en verdad nunca lo visitó.


Cuando nos íbamos acercando el flujo de coches en la carretera aumentaba considerablemente. De todos los lugares que visitamos en Rumanía este fue sin duda el más saturado por los turistas. Drácula vende y saben como explotarlo.


Llegamos a Bran y ya empezó nuestra primera misión: conseguir aparcar el coche. He de decir que tienen un par de descampados cercanos al castillo organizados como parkings. Te dan un ticket y dependiendo de las horas que estés te van cobrando.


La entrada al castillo está rodeada de muchos puestecillos con todo tipo de merchandeising de Drácula. La verdad es que te amenizan la larga fila hacia la caseta donde venden las entradas.

Nosotros nos compramos lo que veis en la siguiente imagen: un largo palo de madera rodeado de una patata en espiral. Lo más original es que puedes sazonarlo con tu sazonador favorito.







Después de casi 45 minutos de cola al sol (hacía muchísimo calor) por fin conseguimos pasar.

Al contrario que en los otros palacios que habíamos visitamos este tenía la entrada libre,es decir, sin guía. Para nosotros fue algo muy positivo ya que las visitas guiadas en rumano se nos hacían muy muy pesadas. El castillo se ve bastante rápido, lo más bonito es el patio interior, donde la mayoría se hace fotos




Una vez visto todo el castillo fuimos a buscar un lugar donde comer. Otra vez la figura de Drácula impregnaba todo el menú: pasta Drácula, hamburguesa Dráula, pizza Drácula...
La gastronomía rumana es bastante limitada y más en las zonas turísticas. De nuevo apenas había algo más que pizzas y carne en la carta. Yo me pedí un plato de pasta a la boloñesa que estaba bastante bueno.

Tras darnos un capricho tomando un helado ( que nos costó poco menos de 1 euro) nos dirigimos al coche y tras pagar el precio del parking pusimos rumbo a Brasov.






  • BRASOV






LLegamos a Brasov cuando el sol ya se iba escondiendo.
Tuvimos bastante lío para aparcar ya que el aparamento que alquilamos no incluía parking.

Ese día no hicimos mucho más, estábamos bastante cansados de la visita al castillo, y tras dejar nuestras cosas en la habitación decidimos dar un paseo por la ciudad y cenar tranquilamente.

Lo que más nos gustó fue subir la pequeña colina que cerca la ciudad, son muchísimos escalones para llegar al mirador, pero merece la pena, os lo aseguro.

Nos despertamos pronto para aprovechar la mañana haciendo turismo. Nos apuntamos a un Free Tour (en inglés, ya que en español no encontramos ninguno en ninguna ciudad), y al terminar seguimos visitando la ciudad por nuestra cuenta.

Fuimos a una sinagoga que nos costó a cada uno 5 Lei. 

Tras esto comimos rápidamente y nos pusimos en marcha a nuestro siguiente destino. 

Como siempre espero que os haya resultado interesante el post, si tenéis alguna duda no dudéis en decírmelo y la intentaré resolver lo antes posible.

¡Nos leemos en comentarios!


martes, 12 de marzo de 2019

Road Trip Rumanía : Sinaia

Segunda parada: Sinaia


¡Hola! En el post de hoy os voy a contar cómo fue nuestra experiencia en la segunda parada de nuestro road trip por Rumanía. 





Como os comenté en el post anterior pasamos dos noches en la capital. El día que emprendíamos de nuevo nuestro viaje nos despertamos a las 8:00 y una horas más tarde ya estábamos desayunando en la terracita del hotel. 

Dimos un último paseo por los alrededores del hotel buscando un sitio para desayunar, sin embargo encontramos varias panaderías pero ninguna con mesas, por lo que dimos media vuelta y nos sentamos en el hotel. Eso es algo a tener en cuenta si decidís desayunar fuera en vuestro viaje a Bucarest, es complicado encontrar cafeterías como las que estamos acostumbrados a ver en España. Lo más común en Rumanía es ver panaderías con ventanillas a la calle donde recoger el pan y bollería. 

Como ya comenté los desayunos en proporción al resto de comidas no son nada baratos, y menos el del hotel. 
Como ya habíamos dejado las maletas en el coche nada mas pagar la comida no pusimos rumbo a nuestra siguiente parada: Sinaia.

Para salir de Bucarest  tienes que armarte de valor y paciencia, ya que generalmente allí conducen bastante mal. De esto nos dimos cuenta a medida que íbamos viajando por el país. Adelantamientos peligrosos y sin sentido, camiones doblando la velocidad permitida, coches pitándote y dándote las luces largas para adelantarte mientra tu adelantas ... todo ello sumado a que en Rumanía solo hay dos autopistas y el resto de carreteras son carreteras secundarias con pasos de cebra, coches de caballos, niños jugando en mitad de la carretera al balón.... Hay que tener muchísimo cuidado si decidís coger el coche por tierras rumanas. Eso si , nosotros no tuvimos ningún problema salvo en algún cruce imposible.

Salvando el inconveniente del estado de las carreteras en poco menos de dos horas llegamos a SINAIA.

¿Y qué decir de Sinaia? Tanto para mi pareja como para mi fue una de las ciudades que más nos gustaron. Escondida entre montañas se alza un pequeño enclave, compuesto mayoritariamente por hoteles y turistas que los ocupan en cualquier época del año. Como sabéis nosotros visitamos este país en verano pero nos consta que en invierno debido al turismo que busca buenas pistas para esquiar, Sinaia permanece lleno de gente y ambiente. 

Una larga calle principal llamada Bulevardul Carrol marca el centro de la ciudad, dejando a ambos lados restaurantes y pequeños comercios donde poder pasear de noche.

Aunque nuestra experiencia en Sinaia fue maravillosa nada más llegar tuvimos un pequeño problema con el hotel. Habíamos reservado el el Hotel Casteful Stirbey a través de Booking. Todo parecía correcto, un par de días antes habíamos llamado para verificar la reserva, ya que al correo no contestaban. Aunque estaban avisados de nuestra hora de llegada cuando aparcamos nos percatamos de que el hotel-museo estaba cerrado. No había nadie ni ninguna puerta abierta por la que acceder. Nosotros sabíamos que ese hotel era un antiguo castillo reformado, con parte de museo y parte de hotel, lo que no sabíamos era que iba a estar cerrado y nadie esperándonos, aun habiendo avisado.



Hotel  Casteful Stirbey


Tras llamar y más de media hora de espera apareció la mujer del mantenimiento, quien no sabía inglés. Entre mímica y hablar con un compañero suyo por teléfono, entendimos que podíamos dejar la maleta en la habitación pero que no iba a estar disponible hasta dentro de unas horas porque tenían que limpiarla. 

El esperar nos dio igual porque íbamos a ir a comer y directamente a visitar el Castillo de Peles y el monasterio, pero si que hubiéramos agradecido poder pasar por el baño antes de emprender un día turístico.

Fuimos a comer a una pizzería que estaba en la calle principal, Bulevardul Carrol yo me pedí la típica y conocidísima pizza proscuitto y mi pareja carnati bere cartofi, un plato típico de allí que estaba muy bueno . Puede parecer que exagero pero aquella pizza fue la mas rica que he probado jamás, y muy barato esta fue la cuenta:



CUENTA PIZZERÍA:

- Cerveza 400 ml--------> 8 lei
- Pepsi 250 ml------------> 7 lei 
- Carnati bere Cartofi 400 gr---> 26 lei
- Pizza Prosciutto Funghi 550 gr----> 21 lei

TOTAL: 62 LEI (13 EUROS)




Una vez terminamos nos pusimos en marcha y cogimos de nuevo el coche para subir hasta el Castillo de Peles. 


Castillo de Peles

Cuando Carlos I visitó por primera vez Sinaia se quedó fascinado con la belleza de la zona, y no me extraña ya que os prometo que es de los mejores paisajes que he visto. Por eso mandó construir este palacio ahí.

Este palacio fue construido por los arquitectos Liman, Schultz y Benesch entre los años de 1873 a 1914 como vivienda de verano para la familia real rumana . Algo que nos pareció muy curioso fue que este castillo ha sido el primer edificio europeo con servicio de electricidad y ascensor.


Desde 1990 ya podemos visitar el Castillo Peleș y os recomiendo que lo hagáis si podéis 100%. Este castillo ocupa el segundo lugar como el museo más visitado en Rumanía por turistas.

Tipos de entrada: 

  • Pagas 15 Leus solo la parte de abajo del castillo.
  • Pagas 50 Leus todo el castillo. 

Para hacer fotos tienes que pagar 30 Leus más.


El horario es de  9.00 a 16.00. Cierran bastante pronto

Al igual que la visita al Parlamento de Bucarest, la entrada cuesta la mitad si eres estudiante. 

Está prohibido hacer fotos dentro a no ser que pagues por ello otros 30 Lei. La verdad es que no nos enteramos muy bien y yo empecé a hacer fotos hasta que me llamaron la atención. 

Para pasar al castillo debes ponerte sobre los zapatos unas fundas de plástico. El tour es guiado en inglés o rumano. Nosotros quisimos entrar en el de inglés pero nos metieron en el recorrido en rumano. Claramente no entendimos mucho pero lo que merece la pena es ir viendo lo especial de cada sala, sus decoraciones, moviliarios... En una palabra el interior del castillo es impresionante.



Una vez fuera es casi imprescindible realizar la típica foto con el castillo de fondo. Tener cuidado con las horas ya que la ultima visita era a las 16:00.

Como aún era muy pronto decidimos dar un paseo por los alrededores del castillo, visitando los puestecillos que hay en la inmediaciones. Son los típicos puestos de souveniers donde la figura de Drácula prevalece por encima de todo. Nosotros compramos algún detalle para la familia y seguimos paseando ya rumbo al coche. Aunque seguía siendo de día los puestos cierran bastante pronto.
Otra cosa que debéis de tener en cuenta es que casi todos los parking son de pago y suelen costar entre 4 lei  o 15 lei/hora.

Bajamos con el coche a nuestra siguiente parada: el Monasterio de Sinaia. No sé si fue por la hora pero el caso es que no tuvimos que pagar nada para poder entrar. El monasterio fue uno de los edificios que mas nos impresionaron. Era precios tanto por fuera como por dentro. Todas las paredes y techos decorados enteros con pinturas de motivo religioso.




No se tarda mucho en verlo así que volvimos pronto al hotel para descansar un poco antes de salir a cenar.

Como todavía teníamos unas horitas para que llegara la hora de cenar decidimos dar un paseo por la calle principal hasta el casino, donde hay un pequeño parque con varias actividades para los mas peques.


Casino

Tras el paseo nos volvimos a los alrededores del hotel donde nos sentamos en un Irish a cenar. Tras pedir la carta nos dijeron que de comida solo tenían pizza, como ya había comido pizza por la mañana nos cambiamos de restaurante a uno cercano al hotel.

Ya bastante cansados de estar todo el día andando nos fuimos a descansar al hotel.

Como siempre antes de despedirme hasta el siguiente post me gustaría que me dejarais en los comentarios del post o en el instagram cualquier duda comentario o anotación que queráis. 

¡Nos leemos!








martes, 22 de enero de 2019

Road Trip Rumanía: Bucarest

ROAD TRIP POR RUMANÍA

Primera parada: Bucarest





Cuando nos planteamos realizar este viaje había pocas cosas que teníamos claras, pero una de ellas era el querer visitar la capital de Rumanía, Bucarest o Bucuresti dicho en rumano.

Siendo sinceros apenas sabíamos nada acerca de aquel país, habíamos leído algo en algún que otro blog, buscado información sobre los temas que más nos preocupaban como era el tema del dinero, el alojamiento o el estado de las carreteras. No teníamos ningún testimonio directo de alguien que ya hubiera viajado a aquel país y nos pudiera orientar un poco. Por si vuestro caso es parecido al que fue el nuestro espero que este post y los que publicaremos en las siguientes semanas os sean de ayuda. También nos podéis escribir cualquier comentario a través del Blog o del Instagram 


Antes de comenzar a contaros nuestras pericias por la capital rumana os comento que el viaje lo organizamos mi pareja y yo, para que os hagáis una idea del gasto por persona.

Donde más dinero invertimos fue en los billetes de avión. Salimos desde el aeropuerto de Madrid hacia el aeropuerto Otopeni en Bucarest, volamos con la compañía Tarom y al viajar varios días por diferentes ciudades decidimos facturar una maleta cada uno. El precio que os voy a desglosar a continuación es por persona


278,25 (BILLETE)+80,75(FACTURACIÓN)= 359 euros

Quitando este gran gasto, que cogiendo alguna oferta seguro que os disminuye un poco el precio, fue un viaje muy asequible. Decidimos coger un coche de alquiler entre una de las numerosas compañías que ofrecen estos servicios.

La compañía de alquiler que escogimos fue KLASS WAGEN, la verdad que no tuvimos ningún problema. El precio fue 108,39 euros o lo que es lo mismo 678,85 Lei.

Una vez explicado estas cosillas básicas nos metemos en materia con el viaje en si. Como ya hemos comentado el recorrido comenzó cuando nos bajamos aquel caluroso agosto de 2018 en el aeropuerto de Otopeni. 

Lo primero que tuvimos que hacer fue dirigirnos a un punto de encuentro donde nos esperaba un coche de la compañía de alquileres que nos iba a llevar a la sede, donde nuestro cochecito alquilado estaría esperándonos.  

Como en España no habíamos cambiado nada de dinero decidimos cambiar unos pocos euros a lei allí mismo. No os recomendamos cambiarlo en el aeropuerto porque el cambio es mucho peor. Lo mejor es informaros de a cuanto esta el cambio y buscar la mejor casa de exchange donde lo oferten.  Para que os hagáis una idea en cualquier tienda de cambios por 50 euros obteníamos unos 231 LEI

Una vez aclarado esto recogimos nuestro coche y fuimos al hotel a dejar las maletas. El hotelito estaba a unos 20 minutos andando del centro. Era muy acogedor y las habitaciones estaban limpísimas. Lo que mas me gustó fue la cama, era enorme y super cómoda. El hotel se llamaba RESIDENCE VILLA BARRIO  y las dos noches para dos personas fueron 84,60 euros. Es un precios bastante bueno viendo que era agosto y un hotel de 4 estrellas.  

Esa noche fuimos a dar un paseo por la ciudad tranquilamente, no teníamos nada en mente solo andar e impregnarnos de la esencia de la ciudad. Como era la primera noche y estábamos un poco cansados decidimos tirar a lo barato y cenar en el Pizza Hud. Tener en cuenta que en general la comida y bebida es mucho más barato que en otros países europeos. La cuenta fue 83,50 lei (18,07 euros) y para que os hagáis una pequeña idea de los precios del país os pongo lo que costó cada cosa:




  • Carlsberg Draft (cerveza)--> 8,59 lei
  • Cola Zero--> 7,00 lei
  • Ham y Bacon Thin--> 34,00 lei
  • Spicy BBQ Beef--> 34, 00 lei

Tras la cena seguimos paseando, disfrutando de ese ambiente que solo la noche consigue. Bucarest de noche tiene otro encanto y os animo a que lo descubráis. Nosotros vimos una ciudad joven llena de energía y buen ambiente. No tuvimos ningún problema ni aquella noche ni ninguna otra. Lo mejor es ir callejeando y descubriendo, nosotros vimos una callecita que nos encantó llamada Pasajul Victoria, es una pequeña calle con un cielo repleto de paraguas de colores. 


Para los más fiestero os recomiendo el Pasajul Macca Vilacrosse , una calle completamente cubierta por un espectacular bóveda que de noche se llena de un maravillo ambiente




Tras este agradable paseo nocturno pusimos rumbo de nuevo al hotel para recargar pilas. 

 Al día siguiente empezó nuestra aventura por tierras romanas . Nos despertamos prontito y fuimos dando un paseo hasta una plaza muy mona que tenía un local donde servían desayunos. Se llamaba French Backery y por lo que pudimos observar era una franquicia tipo cafetería donde también servían ensaladas y algo más fuerte para comer. Nos pedimos un café con leche ( 12 LEI) , un té ( 11 LEI), una mini napolitana de chocolate (5,50 LEI)  y un croassant (4,50 LEI) en total 33 lei, que son unos 7 euros y pico . He de decir que aunque en general comer fuera de casa en Rumanía es mucho mas barato que en España, el desayuno es sorprendente caro en relación al resto de comidas. Un café con leche cuesta entorno a 10-12 lei, lo que equivale a poco menos de tres euros. 

Terminamos de desayunar y fuimos directamente al casco histórico. Justo en la Strada Franceza está el Palatul Voievodal Curtea Veche, la antigua corte de Rumanía. Actualmente está en ruinas y hay una escultura de Vlad Tepes ya que fue su palacio. 

Justo desde estas ruinas salía un free tour que recorría parte del casco histórico de Bucarest. Llegamos bastante justitos porque por el camino nos resultó casi imposible no realizar alguna que otra fotogorafía. Bucarest es una ciudad que sorprende a cada paso, ya sea por lo impresionante de sus edificios o lo desconocido de sus tradicionales locales de comida.

El Free tour nos gustó mucho ya que la guía hablaba un inglés bastante entendible, cosa que yo agradecí. Es imposible que en tu visita por Rumanía no suene el nombre de Vladimir el empalador, o lo que es lo mismo Drácula. En cualquier visita guiada introducirán una pequeña anécdota o historia sobre el. 

El verdadero castillo, o más bien palacio, donde residió Drácula se encuentra en esa misma plaza desde donde salía nuestro Free tour. Actualmente solo quedan ruinas.
Justo al lado se encuentra una de las numerosas iglesias ortodoxas que inundan la ciudad de coloridos frescos. 

En nuestro recorrido pasamos por varios de los lugares más relevantes como la Iglesia Stravropoleos, que para mí fue una de las iglesias más bonitas que he visto en mi vida. Está justo en la calle Stravropoleos. Es una iglesia muy pequeñita pero merece la pena visitarla. 

Justo al final de esa misma calle está el Palacio CEC que hoy en día es la sede del banco de ahorros nacional.

Durante el recorrido pasamos  de nuevo por el Pasajul Macca Vilacrosse. El tour finalizó en la misma plaza de la que salimos.

Tras el tour fuimos directamente a comer por una de las callejuelas repletas de restaurantes que abarca todo el centro de la ciudad. Nos decantamos por un pequeño restaurante monísmo que tenia un patio interior decorado con plantas, guirnaldas de bombillas... Fue un alivio descansar del aplastante calor de la ciudad unas horas. 


Como veís en la imagen la comida tiene una pinta espectacular. Yo me pedí unas salchichas con polenka. El precio está bastante bien, comimos los dos por 80 lei, contando la propina que decidimos dejar, es decir, unos 17 euros (incluyendo la bebida).

Tras la comida nos pusimos en marcha y fuimos al parlamento. Era uno de los edificios que mas ganas teníamos de ver ya que en muchos blog lo ponían como la principal atracción turística de la ciudad. 

El parlamento de Rumanía es el segundo edificio mas grande del mundo por detrás del pentágono. Por fuera es impresionante, lo recorrimos por equivocación dos veces de lado a lado (ya que no encontrábamos  la entrada) y es ahí cuando ves lo grande que es. 

Parlamento 


Nosotros habíamos llamado para reservar la visita pero una vez dentro nos dimos cuenta de que habíamos corrido para nada, ya que no hace falta llamar con anterioridad. 

Algo que resaltar es que la entrada al monumento no esta nada bien indicada, directamente es que ni lo esta. Como unos tontos tuvimos que ir y venir hasta que la encontramos. Y no fuimos los únicos a los que le pasó esto ya que una de las veces que aparecimos en una puerta que no era la entrada, también había un grupo de turistas preguntado a los de seguridad como entrar. 

Nada más entrar al parlamento te encuentras con una sala grande tipo las del médico, donde poder esperar a que te toque el turno de entrar. La entrada cuesta 20 lei, y si eres estudiante la mitad. La visita es guiada, en inglés o rumano, esto hace que sea bastante pesado ya que te obliga a estar parado escuchando en otro idioma la arquitectura del edificio. Por dentro es preciso, altos techos, pinturas, alfombras... pero si no entiendes muy bien el idioma se puede hacer una visita un tanto tediosa, además una vez que has visto tres salas el resto son muy parecidas si no sabes de arquitectura.

Salimos del parlamento con bastante sed, por lo que fuimos a dar un paseo hasta el centro buscando una tienda donde comprar agua.

Como aun era muy pronto y habíamos reservado a las 22:30 para cenar decidimos reponer fuerzas en un Kebab tomando una bebida y la miad de una especie de Durum que llevaba dentro queso y patatas fritas. 
No hay mucha gente que sepa inglés y a veces es difícil hacerte entender. 

Como llevábamos andando desde las nueve de a mañana sin parar decidimos volver al hotel a ducharnos y preparanos para ir a cenar.

Fuimos a cenar a Caru Cu Bere, uno de los restaurantes más famosos de Bucarest. Tenía muy buenas críticas y la guía del Free Tour nos dijo que era la primera cervecería de Bucarest. La comida no estaba mala, nada del otro mundo tampoco, lo que más destaca es la localización. El local es precioso y los camareros van vestidos con trajes típicos. Respecto a esto último, sin que suene una generalización, nosotros tuvimos algún que otro desencuentro con uno de los camareros. En general nos atendieron bien en todos los restaurantes pero por ejemplo en este el camarero fue un maleducado, tuvimos que pedir que nos trajeran la bebida tres veces y la tercera vez se empezó a burlar de nosotros y hablar con su compañero en rumano. Una falta de educación imperdonable si trabajas de cara al público. Por este detalle no volvería a comer en ese local ni se lo recomedaría a nadie. Los camareros antipático y la comida es la misma que en cualquier restaurante solo que más cara. A pesar de todo esto os animo a tener vuestra propia experiencia.

Ya se nos hizo bastante tarde  y como el hotel estaba a un paseo del centro decidimos volvernos para descansar y al día siguiente emprender nuestro viaje rumbo a la siguiente ciudad: Sinaia

Antes de despedirnos hasta el próximo post me gustaría que me dejarais en comentarios cualquier duda, comentario o anotación que queráis.
¡Nos leemos!